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​¡Tengo un millón de cosas por hacer! Optimizar el tiempo utilizando Mindfulness.

Como mujeres, es común que nuestra lista de tareas se sienta infinita y además de lo que debemos hacer en los diferentes ámbitos en que nos movemos, debemos esforzarnos el triple para probarnos “capaces” de realizar ciertas labores. Dentro de esto, es muy común que nos exijamos tanto a nosotras mismas que nos da la sensación de nunca lograr lo que queremos o que nunca somos lo suficientemente buenas. Y estos pensamientos suenan en nuestra mente más o menos así: "No soy lo suficiente buena mamá", "debo verme divina todos los días", "la casa debe estar perfectamente organizada y limpia", "no gano lo suficiente y por lo tanto soy un fracaso", "tengo que mantener feliz a mi pareja o me deja por otra persona".


Podemos ser mujeres independientes y emprendedoras pero lamentablemente nacimos en un mundo donde todavía el machismo domina nuestra sociedad. Si bien ya podemos hacer muchas de las cosas que antes no podíamos (como trabajar, votar, ocupar cargos de liderazgo que antes eran considerados solo para los hombres), aún tenemos ideas rígidas de lo que debe ser una mujer.


La presión social nos propone, además de trabajar 40 horas a la semana en labores no relacionadas al hogar, estar a cargo de la limpieza de la casa, de los niños, hacer ejercicio y encima de todo, vernos divinas. Si estás pensando que eso es demasiado, ¡pues lo es!. Por eso es que a veces nos sentimos frustradas, fatigadas, con ganas de tirar la toalla y lo más delicado es que nos sentimos defectuosas y fracasadas. Porque lo que nos han mostrado las redes sociales y los medios son mujeres divinas y ejecutivas que tienen matrimonios felices, vidas e hijos perfectos, sin mencionar sus casas limpias y ordenadas.


Muchas no sabemos cómo priorizar nuestras actividades, porque sentimos que si dejamos de hacerlas estamos siendo irresponsables, indulgentes y perezosas. Pero en realidad estás negándote lo que debería ser tu prioridad antes de cualquier cosa: el auto cuidado. Auto cuidado puede ser cualquier cosa que te traiga placer y bienestar, desde ver televisión hasta darte una ducha. Pero a veces estamos tan metidas en lo que “debemos” ser que nos negamos cualquier tipo de cuidado a nosotras mismas.


¿Qué tiene que ver el auto cuidado con optimizar el tiempo?


El auto cuidado es uno de los elementos más recomendados por los médicos para prevenir enfermedades y si eres de las que no se da permiso ni de enfermarse, aquí te dejo el dato. Es importante escuchar al cuerpo cuando nos habla. A veces nuestra mente está tan ocupada que ignora lo que necesita nuestro cuerpo y es por eso que a veces su única forma de hacernos parar es por medio de un virus, dolores de cabeza, gastritis, etc. En mi post anterior hablo sobre cómo aplicar mindfulness a tu vida sin tener que alterar tu rutina. Allí te harás una idea de cómo escucharte a ti misma sin necesidad de agregar la meditación a tu lista de tareas. Identificando tus valores y prioridades y utilizando las técnicas que te voy a contar a continuación, podrás construir una estrategia que te permita honrar lo que tú y tu cuerpo necesitan y a la vez rendir con tus labores diarias sin necesidad de auto castigarte o trabajar 20 horas extra.


¿Cómo identificar mis valores?


Los valores son el camino o la dirección que has definido como importante o significativa para tu vida. Son los que definen quién quieres ser. Navegar en la dirección de estos valores hace que te sientas satisfecha con tu vida y te da la sensación de estar aprovechándola. Para que tengas una idea de qué puede ser un valor piensa en algo que quieras lograr pero que no sea inmediatamente alcanzable. Algo así como, “tener relaciones armoniosas y estables” en vez de "alcanzar el cargo más alto en la empresa”. La diferencia es que cuando te trazas un valor que está orientado a construir, en vez de alcanzar, tu vida se vuelve la suma de pequeñas cosas que van creando eso por lo cual estás luchando. Si lo que quieres es, por ejemplo, crear relaciones estables y armoniosas, una prioridad será tal vez llamar a tu mamá dos veces por semana, salir con una amiga a tomar café una vez al mes, etc. Así te será mucho más fácil identificar las prioridades.

Esto mismo lo puedes aplicar en cada ámbito de tu vida. En el trabajo, por ejemplo, podrías trazarte un valor como “buscar inspiración en cada proyecto” o “ser el líder que me gustaría tener”, etc. Para identificar más fácil tus valores te puedes guiar por la siguiente pregunta: ¿si nadie supiera que estoy haciendo esto, sería igual de importante para mí?

Te das cuenta de que si haces consciente el motivo por el cual estás haciendo las cosas podrías no solo cambiar la forma como eliges qué actividades hacer sino también que a través de esas actividades estás llevando una vida más placentera.


Si empezamos a escucharnos a nosotras mismas, a nuestros deseos y a nuestro cuerpo va a ser mucho más fácil llevar una vida balanceada donde la mayor parte de nuestras actividades esté dictada por nuestros valores y sea congruente con lo que queremos para nuestras vidas. En vez de llevar una vida donde sin saberlo estamos haciendo cosas y viviendo para hacer felices a otros, estaremos haciéndonos felices a nosotras mismas. Como ya he dicho, para llevar una vida consciente no es necesario aislarte a meditar o mudarte a un bosque; sólo necesitas distanciarte de tu ruido mental y prestar atención al momento presente donde siempre encontrarás la respuesta que necesitas.

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